domingo, 17 de junio de 2012

FRANSISCA DE SOUSA


Científica de profesión y escritora de vocación, Francisca de Sousa, conocida cariñosamente como Panchita, realizó estudios de Biología y Química en la Universidad de Panamá y México.
Es Profesora e investigadora de la Universidad de Panamá y Directora del Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá. Ha sido directora del Centro de Estudios Bióticos y Ciencias Ambientales y Biodiversidad.
Autora de múltiples ensayos sobre recursos bióticos de Panamá y de la reserva biológica de La Fortuna. Consultora ambiental y coordinadora de los investigadores del Proyecto de Evaluación de Impacto Ecológico sobre la fauna del área de Fortuna y sobre los estudios de alternativas al Canal de Panamá.
Sus cuentos han sido premiados y en ellos aborda temas científicos y de medio ambiente.
“Yo no paro”, advierte la escritora. “No hay frontera entre ser científico y ser escritor. Por el contrario, ambos mundos se relacionan y deben fusionarse para producir mejores mensajes. No me interesa más un campo que el otro. Sencillamente, pienso que hay una íntima relación. Debemos buscar válvulas, caminos, nuevas ventanas para compartir nuestros conocimientos con la población, esa es mi tarea, esa es mi vocación y el mundo de la literatura es y seguirá siendo mi pasión”.



¡AY LOS NIÑOS ¡NIÑOS EN FIN!
- Yo no creo en alienígenas- reía- Chanty -son puros cuentos eso de que los extraterrestres ya vinieron, creo que tú estás creyendo que era verdad la del muñequito de E.T.
-¡Qué no! Te digo que yo vi cuando aterrizaba en el hueco del llano una nave espacial -aseguraba Tavito.
-¿Y cómo sabes que era espacial?
-¡A pues! Por las lucecitas de colores que se prendían y se apagaban cuando estaba bajando, y la forma como se suspendían en el aire, ¡no te asombraría ver un gran barco flotando!
-¿Quieres que vayamos a ver si está todavía ahí?- pregunto Tavito ansioso.
-¿Y no te da miedo? Mejor llamamos a mi papá- respondió Chanty.
-No me parece ¿qué tal si llama a la policía y matan a los que vinieron en la nave?
-Yo quiero verlos y si son niños, jugar con ellos y preguntarles como es el espacio y el lugar de donde vinieron -insistió Tavito.
Chanty se quedó mirando a su hermanito como si estuviera loco, ella tenía 9 años y su hermanito 8. ¿Qué podrían hacer ellos con extraterrestres? Aún más, no sabían si eran buenos o malos; o de perdida, ni siquiera estaban seguros que de verdad en el llano de su casa había aterrizado una nave espacial, pero los niños y las niñas son muy curiosos y a pesar de sentir miedo aunque se acuerden que la curiosidad mató al gato, siempre puede más el deseo de ver con sus propios ojos cualesquiera cosa que les llame la atención.

Chanty se quedó mirando a su hermanito como si estuviera loco, ella tenía 9 años y su hermanito 8. ¿Qué podrían hacer ellos con extraterrestres? Aún más, no sabían si eran buenos o malos; o de perdida, ni siquiera estaban seguros que de verdad en el llano de su casa había aterrizado una nave espacial, pero los niños y las niñas son muy curiosos y a pesar de sentir miedo aunque se acuerden que la curiosidad mató al gato, siempre puede más el deseo de ver con sus propios ojos cualesquiera cosa que les llame la atención.
-Vamos- decidió-Chanty - yo también quiero saber que es eso que viste, podemos salir corriendo si no nos gusta lo que vemos.
-¡Hurra Esa es mi valiente hermanita- se rió alborozado Tavito.
Comenzaron a caminar despacito para no hacer ruido, mirando a todos lados.
Lo que ellos no se habían percatado era que unas figuras casi tan altas como ellos los estaban observando, como estaba oscuro no se les veía bien,
pero…. ¡parecían humanos!
Chanty llevaba agarrado a Tavito y poniéndose el
dedo en los labios le hacía señas para que no
hablara. Unos ojos grandes y redondos como
monedas de veinticinco centavos de color miel,
los estaban siguiendo, pero… de pronto desaparecieron.
Los niños seguían caminando despacito con
pisadas como los gatos y no se dieron
cuenta que detrás de ellos, cinco figuras, los
seguían de igual forma y lo mismo que ellos
se llevaban los dedos a los labios, caminaban
de la misma forma sin hacer ruido.




De pronto… Chanty y Tavito se pararon bruscamente al ver en el fondo del valle, lo que realmente parecía un barco con muchas lucecitas, al hacerlo tanto ellos como las figuras que los seguían cayeron rodando por la empinada cuesta hasta que llegaron casi al pie del aparato.
Tanto los unos como los otros se notaban tan asustados que corrían dando vueltas por todos lados.
Tavito y Chanty comenzaron a correr despavoridos pero sintieron una fuerza que los mantuvo quietos.
-No teman- les rogó- uno de los seres que veían a su lado -no les haremos daño, queremos conocerlos, tenemos muchos años de estarlos observando, conocemos como se comunican y podemos hacerlo con ustedes.
Tavito y Chanty estaban aterrados pero veían que esos seres parecían amigables. Tenían una especie de sonrisa en lo que parecía una boca de finos labios, además sus redondos ojos melados se veían tiernos y amables.
-¿Quiénes son ustedes?. les preguntaron al unísono los hermanitos -¿están disfrazados?
-¡No, que va!- se rió el que se veía alegre -somos así.
Los seres que Chanty y Tavito tenían frente a ellos eran casi como ellos, pero delgados, con la cara redonda, la nariz respingadita y tenían el pelo verde como si fueran hojas muy finas, tan finas que parecían transparentes y cuando los vieron bien en la luz que despedía lo que parecía un barco, notaron que eran verdosos.
- ¡De dónde vienen?- inquirió Chanty -por aquí no hay mar cerca ¡cómo llegaron en un barco hasta aquí?

-No es un barco- contestó la figura -es una nave, con ella cruzamos el espacio sideral para encontrarlos, los hemos estado observando todo el tiempo y creemos que podemos confiar en ustedes, aprender los juegos que ustedes juegan, enseñarles lo que jugamos nosotros y ser amigos ¿no es así como se llaman entre ustedes los que se reúnen para jugar?- preguntó el extraño pero amable ser.
- ¡Pero ustedes son verdes! ¿son alienígenas como dicen en las películas de extraterrestres?
-Bueno- contestó uno de los seres verdosos -si así nos llaman ustedes está bien, pero fíjate Chanty, ¿así te llaman, verdad? tu tienes los ojos casi tan grandes como los míos y del mismo color. Ustedes son personas y nosotros plantonas.








-¿Plantonas? ¿son plantas?- preguntó Tavito asombrado, abriendo mucho los ojos.
-Me llamo Mimosa- dijo uno de los seres, tendiéndoles una mano que se veía firme pero suave.
-Yo soy Camelia- dijo otra.
-Y nosotros somos Roblen, Saucor y Manglin, nos pusieron nombres más conocidos por ustedes para poder entendernos mejor, somos niños también, pero nosotros estamos hace mucho tiempo en el espacio y hace mucho que aprendimos la tecnología de los juguetes eléctricos con computadoras, nintendos, game boy, pokemon y otros.
-O sea- aseveró Chanty -que ustedes saben más que nosotros.
-Tal vez- dudó Saucor -no todo, nos gusta verlos galopar, jugar con la arena en la playa aunque sea de día o de noche. Nos gustan sus barcos, por eso la nave tiene esa forma, pero hay de otras formas más, patean pelotas con sus piernas, algunas hasta los golpean cuando las lanzan y a veces jugando hasta se halan de los pelos, si nos hacen eso a nosotros nos harían daño, lo de nosotros no son pelos, son hojas.
-Pero entonces ¿ustedes de dónde vienen?-
-Del planeta Verda.- contesta Mimosa -a ustedes el sol los alumbra parte del tiempo, a nosotros casi todo el tiempo, por eso no nos han visto, siempre giramos con el sol, menos cuando la luna de la tierra nos tapa por un rato.
-Pero…¿cómo es que dejan a niños pilotear una nave tan grande y cruzar el espacio?
-¡Ay! eso nos recuerda que debemos volver! A lo mejor ya se dieron cuenta que salimos sin los mayores y seguro nos castigarán ¡Ayayay!
Nos vemos, otro día vendremos y nos enseñarán sus juegos, no le digan a nadie que vinimos, si no, nos perseguirán ¡ay nanita! Creo que metimos la raíz, o la pata como dicen ustedes.
Las cinco plantonas salieron corriendo, se metieron en la nave entre risas y haciendo señas de despedida desaparecieron rápidamente.
-Oye Chanty, no entendí eso de plantonas ¿qué será? Busquemos en la computadora.
En la computadora no salió nada sobre plantonas extraterrestres, pero si vislumbraron algo parecido a una respuesta.
-Los de la tierra somos terrícolas, personas, tenemos pelos y no somos tan frágiles- leyó Chanty.
-Entonces los de Verda son verdosos y son plantas ¿por eso nson plantonas?- preguntó Tavito rascándose la cabeza.
-Creo que debemos preguntarles a mi abuelita que es bióloga y trabaja con ranitas, pececitos y orquídeas y otros ¿te parece?
-Sí, pero sin contarle a nadie lo que hemos visto, así podrán volver y entonces estaremos preparados para jugar con ellos.



















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